Por las fechas y todo esto se me ocurrió contarte una historia de terror, de miedo.
Pero no es una historia cualquiera es la historia de cuando pierdes toda motivación, del día que te despiertas y no tienen un motivo por cual hacer las cosas. Historia verídica que me pasó a mí.
La historia que te voy a contar comienza hace 3 años, cuando por algunas razones personales, perdí todo, recuerdo que en ese entonces estaba comenzando una oficina, estaba comprando equipo de fotografía y video, teniendo clientes con un fee mensual, 2 amigos trabajaban conmigo, mi plan era reinvertir todo para aumentar la facturación mensual.
Pero lo más importante que tenia eran las metas y una razón para hacer las cosas, hacia objetivos en mi vida y yo no sabía como pero cada día tenia que dar un pasito hacia ese objetivo, eran pasos torpes porque no tenia idea de como lograr lo que quería, eran dos pasos adelante y uno y medio hacia atrás, pero bueno ahí iba. Y eso fue lo que perdí, de la noche a la mañana me di cuenta que ya no tenía razones y todo se cayó.
Recuerdo que en ese entonces no tomaba, nada de alcohol, y pase de cero a 100 en un minuto, tomaba todos los días, a todas horas, y no es que fuera alcoholico solo quería fiesta 24/7, ya no me interesaba nada, nada de nada me movía.
Perdí todos los proyectos que había comenzado, clientes, cuentas etc. Tenía algo de dinero ahorrado con lo cual pude vivir casi un año y durante todo ese tiempo no trabaje solo gastaba, gastaba y gastaba.
Y no gastaba en nada raro, solo en salir ni siquiera hice nada con ese dinero.
Despertar en quiebra
Hasta que un día después de varios meses, me llega la alerta de que debo pagar mi tarjeta de crédito, eran como 12:00 la hora en que usualmente me levantaba, abrí la aplicación del banco transferí los 12 mil pesos que me pedía y por primera vez en mucho tiempo me di el tiempo de ver cuanto dinero me quedaba en la cuenta, que eran poco menos de 15 mil pesos y rápidamente pensé que en 30 días tendría que pagar la tarjeta otra vez y que solo tendría 3 mil pesos, en ese momento me levante de la cama y dije “estoy quebrado”, no tengo trabajo ni ningún tipo de ingreso, en un mes no tendré ni para comer.
Por primera vez en mucho tiempo volví a tener una motivación, el hambre. Mi cerebro se activo después de tanto tiempo y comenzó a trabajar, ese mismo día compre el dominio de página web y comencé a hacer un portafolio de trabajo.
Por suerte dos días después me hablan para un proyecto bastante exhaustivo y demandante peor que me iba a permitir hacer dinero relativamente rápido. Durante esos meses trabajé como loco día y noche, a todas horas estaba en la computadora, muchas veces se me olvida comer, eran las 7 de la noche y me había dado cuenta que no había ni desayunado, pero así no tenía opción.
Ahorre lo suficiente para mudarme a una ciudad más grande y comenzar de nuevo.
Para este punto podría parecer que ya había terminado la historía, pero no, todavía no tenía una razón que me llenara, no había nada, solo estaba en modo automático. Pero ya había salido de ese hoyo.
Tuvieron que pasar muchas cosas más, para que encontrara una razón para hacer algo más grande que yo, algo que valiera la pena y que pudiera dejar un legado en las personas.
No se trata de éxito o fracaso
Esta historia no se trata de éxito o fracaso, no tiene nada que ver con eso, se trata de que muchas veces en la vida sucederán cosas que no dejaran noqueados, en donde cambiaran todas las reglas del juego, la muerte de alguien, una decepción amorosa, un accidente, un despido laboral o una pandemia al estilo Hollywood. Todos podemos estar ahí, pero cada uno decide cuanto tiempo.
Y quizás esperemos una gran señal para hacer las cosas pero casi nunca es así, son las cosas más simples las que nos pueden dar la motivación, como el hambre y pagar las cuentas, y de ahí nos tenemos que sujetar para hacer algo.
No cambiaremos al mundo pero tendremos la energía para seguir adelante, aprender cosas nuevas, aplicarlas y encontrar un motivo más grande que nosotros mismos que pueda cambiar la vida de muchos, de millones, una vez que encuentras ese motivo no lo dejes nunca.
No dejes que te pase como a mí
Nos dejes que te pase como a mí, no tiene que ser así, tomar acción hasta el ultimo momento, estas a tiempo de prevenirlo y prepararte, puede que hoy la situación no sean sencillas pero hay muchas cosas de donde sujetarnos para no caer, y es más para subir tan rápido como queramos.
Y esta historia te la cuento para no te detengas nunca, aun que todo el mundo parezca caerse y desmoronarse. Aunque te sientas viejo o no te sientas preparado.
Tambien te la cuento para no olvidar la historia y cuando suceda de nuevo, porque sucederá, saber que cuando todo parezca estar mal es el mejor momento de hacer las cosas como ahora.
No tengas miedo, sujétate de lo que tienes a la mano y si quieres aprender algo que pueda abrirte el mundo e impulsarte a nuevos objetivos te dejo mi libro.